Damaris Calderón
(Cuba, 1967)

 

EMILY DICKINSON

 

Lo que no alcanzan
las avaras sílabas
la borracha de sol
cuenta a sus puertas.

 

El gusano roído por el fruto.

 

Lo que no alcanzan
las avaras sílabas,
el pájaro de Amherst
el tordo de Nueva Inglaterra.

 

La mano
pródiga
-como una herida-
se abre.

 

(De Sílabas. Ecce Homo).

 

LA VENTANILLA DE UN TREN CORTA

 

La ventanilla de un tren corta
-no asesina-
corta impasible como un carnicero
las reses    el paisaje
lo que se va quedando atrás
y entra definitivo en el pasado.
Nada más cruel     más plácido
que hacer señales desde una ventanilla
que pulir este vidrio inofensivo
(nadie se picará las venas)
Quizá del otro lado
alguien reanuda esta diálogo mudo.
Pero no nos vemos
gracias a la eficacia del conductor
a la vertiginosidad del tren cuyo destino es moverse
moverse con su carga de pasajeros muertos
sorprendidos soñando en un vagón oscuro.

 

(De Guijarros).

 

A MARINA TSVIETAIEVA

 

El frío
de un terrón de azúcar
en la lengua de una taza de té
de un pan que salta
en rebanadas sangrientas.
El oficio de lavaplatos,
las genuflexiones
y las manos que todavía
se sumergen
con cierta cordura.
Los rojos
los blancos
los cabezas rapadas
y los cosacos
podrán echar mi puerta a patadas
o aparezca una cuerda
con que atar un baúl y colgarme
sin que me estremezca un centímetro.

 

(De Sílabas. Ecce Homo).

 

MANERAS DE NO ACCEDER A SANTIAGO

 

para Laura Ruiz
para Ponte

Santiago de Compostela
de la Gloria
de Chile
de Cuba
es
un sitio tan cercano
que no se le ve.

 

Peregrino de Enmaus
camino en círculos.
Si abro la mano,
la moneda del taumaturgo,
un paisaje trizado aparece.

 

El camino de Santiago
nos ha tomado toda la vida.
Y el viaje no ha sido pródigo.

 

Tocar la piedra
avanzar
no procurará ningún sosiego.

 

(De Parloteo de sombra).

 

SÍLABAS. ECCE HOMO

 

Hablar del pájaro parlante
parlanchín posado en una rama
cantando (como diría Juan Luis Martínez)
en pajarístico.
Y el hombre es una lápida
un cuarto oscuro, una silla vacía
y una lámpara.
El que se aproxima a la lámpara
puede encontrar una salida
(o la ilusión de una salida).
¿Hay salida posible hacia fuera
o toda salida es hacia dentro,
hacia el reino de la raíz?
HundirsE como Virginia Wolf
con los bolsillos llenos de piedras en el río.
He ahí la verdadera ganancia.
Lo que no alcanzan los nadadores de superficie.

 

El optimismo es una bandera a media asta
pero ostentada con júbilo.
Un consuelo o un autoconsuelo:
“Yo me levanté de mi cadáver y fui en busca de quien soy”.

 

Como el cirujano corta,
las sílabas se parten.
Carne de la escisión,
escisión de la carne.

 

Un pájaro vino con la cabeza vendada
una esquirla de la tercera guerra mundial
Apollinaire cantando en una jaula
Los tetradragmas de oro de Ezra Pound.

 

Como la liebre en el soto,
la palabra en el lenguaje.
La angustia salta el perímetro
y echa a correr por las azoteas.

 

(De Sílabas. Ecce Homo).

 

VOCABLOS

 

Yo no era un médico rural y habían venido a buscarme.
No sé si habían venido para que sanara o para que fuese sanado.
Las sílabas levantaban las patas sobre la mesa y no
se avanzaba un centímetro.
No importaba tampoco avanzar. “Hubo un tiempo en que las palabras y las cosas...”,
“Hubo un tiempo en que el hombre y la naturaleza...”.
El médico que había en mí, tomaba el bisturí y cortaba;
El paciente que había en mí, se sometía con la docilidad de un guante doblado.
Arrojaba el guante a la espera del reto y sólo aparecían vocablos.
Los vocablos no daban en el blanco y se alejaban,
como venablos, cabizbajos.
Las sílabas doblaron las patas, sujetas a la caballeriza,
pues no había herida que sanar ni viaje alguno que emprender.

 

(De Duro de roer).

 

UN GUSANILLO ESTETA

 

La babosa(...)proclama que andar
por este mundo /significa/ ir dejando
pedazos de uno mismo/ en el viaje.
José Emilio Pacheco

 

Me celebro, me canto y me detesto como a nadie a mí mismo.
A los quince años hubiera matado, a los dieciséis me habría picado
las venas. Ahora en dúctiles formas sublimo la cobardía,
trazo un rastro para la posteridad que se borra implacablemente.
Gusto pensar que alguna vez pude ser un pájaro, pero,
es inútil negarlo, me arrastro.
De ahí comienza mi larga marcha, mi vuelo interminable a ras de tierra.
Modesto Sísifo, yo también cargo con mi piedra
desde mi nacimiento hasta la muerte. Devoro las plantas
con una avidez casi metafísica. Mi palabra: un hilo de baba
que imagino dorado. Despojado de la lírica, expulsado por siempre de la épica, no se me ha permitido otro acto heroico que morir bajo la única sombra que conozco: la brutal objetividad de una bota.

 

(De Guijarros).

 

CALVERT CASEY

 

Cuando vio La Habana en Roma
la miseria de La Habana en Roma
no pudo seguir lactando
de las tetas de la madre de Remo.
Luego reconoció a Roma en la Habana
del paleolítico inferior.

 

San Petersburgo
París
La Habana
Roma,
las alucinaciones son reales.

 

Se suicidó en tierra de nadie.

 

(De Sílabas. Ecce Homo).

 

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