Lila Calderón
(Chile, 1956)

 

MAÑANA

 

Mañana
SI ENCUENTRAS ALGÚN OBJETO PERDIDO
Cuando construyas una casa nueva, harás  alrededor  de la azotea
un pequeño muro, no sea que alguien se caiga desde arriba
 y tu casa quede manchada con sangre.

Deuteronomio 22/8

 

ESCRIBO DESDE EL SILLÓN
dinamitándome
ABRO LA PARED
la bóveda del cráneo
Y ME MUERO DE FRIO
con un sueño agudo
LA LLUVIA CAE A  PUÑALADAS
en primavera
EN EL ALMA
los pájaros olvidarán
SE DESCUELGAN LAS ARAÑAS DESDE EL CERRO
el cielo gris de su presidio
EL ALBA HUELE A FLORES MUERTAS
y acamparán absortos
A NADIE PUEDO DECIRLE QUE MAÑANA
en la eternidad de la tierra
ESTARÉ VIVA
porque no habrá nadie
A NADIE PUEDO DECIRLE
nadie
QUE EL MUNDO EN UN SILLÓN
para enseñarles a volar
HACÍA NACER A DIOS

 

EL CORAZÓN ES UN LUGAR COMÚN

 

Yo sólo veo un trance de árboles que van pasando
cargados de anuncios
Un violín en ruinas   un barco fantasma
aves descompaginadas en el truco del rumbo
Espejos que no tienen más historia
que la de los personajes que pasan y se reflejan
Una bandada de estatuas a ras de suelo
El planeta en donde nacerá el futuro
y los milagros que me proponga

 

Veo al verbo caminando inadvertido por las noches
en diversas fuentes de luz
Veo que amanece a cada vuelta del reloj
LA CIUDAD ES UN LUGAR COMÚN

 

HAY UN ÁNGEL MUERTO EN EL CAMINO

 

El ruido y todo tipo de contaminaciones
nublaban el espacio
Ellos de pie contaban los espejismos
y se despejaban la frente
Los buses pasaban de largo
y cada cierto tiempo
desaparecían hacia la derecha
o hacia arriba
venían resbalando desde algún lugar inclinado
o          se evaporaban
Él empezó a dudar de la dirección
del letrero que no alcanzaba a leer
de la resistencia de las construcciones cercanas
cubiertas por velos de película            por andamios
por trozos de iglesias que les caían encima
El pavimento vibraba cada vez más fuerte
y decidieron lograr la Alameda
Para distraerla
él le contó una historia de Nerval
pero hacía un calor tremendo
y no se divisaba una sola estrella
Este calor sólo podía ser posible en Mercurio
en Venus
EN ESTA CALLE CON TANTO  PAVIMENTO
y vino el tiempo de sacarnos los barrotes
de los ojos
ir con Ridley Scott
sin saber si es sueño o realidad
aprovechar   por último    el beso
porque si estamos soñando
no hay tiempo que perder
EN ESTA CALLE CON TANTO PAVIMENTO

 

Cuando él se fue ella esperó un rato para
constatar
que podía perderlo entre el resto de la gente
Se miraron de lejos     y se rieron
de común acuerdo
Luego ella puso los ojos en el verde
del semáforo
y se quedó pensando
en hacer parar el día y volver     a buscarlo
Pero el planeta ya no era el mismo
y había un ángel muerto en el camino

 

(De Balance de blanco en el ángel triste de Durero).

 

LA PESTE NEGRA

 

Dicen que en ese tiempo
enloquecían cobrando las herencias
Diez muertos              en la familia desgarrada
por la peste negra
oscurecían la tarde como una enredadera
que hacía crecer sobre los cuerpos en tránsito
extraños ropajes
Zapatos enroscados   ajenos a su función
se convertían en riesgo    y desafío
Vestimentas que materializaban
a un hombre desdoblado
mitad de negro y mitad de rojo o blanco
y rombos  y botones gigantes     y fuelles 
delataban   el dinero sorpresivo
La posesión inesperada daba curso a una locura
similar a la de la fiebre del oro
en la futura América
Las calles se llenaban de invictos delirantes
que salían a desparramar
miradas y palabras y genes
Era una fiesta de disfraces
Un carnaval de calles abiertas
a la continuidad de la especie
Esperaban de mí                     dijeron
un bufón gritando en los estadios
y en los circos oficiales del Imperio
pero vine     y aumenté de culpas los graffiti
Esperaban de mí                     verme caer de rodillas
ante la imagen sudorosa de un cuerpo
que fingía ser  todo                 vida

 

HABLAS
(Fragmento)

 

El personaje está perdido
HABLAS       le preguntan
hablo y leo y pienso responde
y sé hacer música                    quiero saber
dónde estaban esos conocimientos
cómo me hiciste con quiénes
Soy malo o bueno                   y duda
Eran materiales    sólo materiales
responde Víctor Frankenstein
ante la impertinencia de su maniquí
Y sin embargo más tarde
el monstruo
dice haber terminado con la humanidad
y muere digno ante la muerte de su padre

 

(De Piel de maniquí).

 

DIFERENCIAS SEMÁNTICAS

 

El tiempo se devuelve y enmudece/ perdemos/ estamos perdiendo el juego que nunca creímos jugar/ De voz en voz/ nuestras fuerzas se diluyen/ En este encuentro/ cada cual al otro lado de su destino/ espera/ Aparecemos sin cruzar las palabras confusas/ que nos someten/ Callar es a veces la solución/ el casillero vacío que impide el puzzle/ Que no nos entendamos/ no es extraño/ para eso se escriben las canciones/ que después recordaremos/ a la orilla de los años/ No se puede negar/ Siempre algo sobra o falta/ para comprender el rompecabezas/ No existe el paisaje perfecto/ No somos el uno para el otro/ y no hay otro para uno/ ni se puede extraer desde el espejo/ la imagen que nos complete/ Otra máscara desvanece su guiño/ y un montón de ropa nos dibuja en el recuerdo/ Nos amábamos sabiéndonos/ complejos/ en crisis/ escapando del pasado intentando abordarnos desde la duda / a tientas/ Cómo saber para ganar o perder tiempo/ para no caer sin poner las manos/ No tenemos siete vidas y el cuento es breve/ Un sol exageradamente sol invalida mi cortina/ como un signo/ asalta el cielo/ y hace latir los tejados/ Un sol como aquel que llegó contigo/ estalla en el horizonte/ y se derrama gota a gota/ La complicación es ahora rehacerse en dos/ Dejar de sentirte/ o adivinar tu rumbo/ Pero por si ésta fuese una despedida/ desearía/ que identifiques y te lleves contigo/ las palabras que siempre quisiste oír/ porque como dijo un amigo/ nuestros desencuentros son tan solo pequeñas diferencias semánticas/ Por supuesto/ debo reconocer que el lenguaje/ es el arma más mortífera de todas

 

VEINTICUATRO VECES POR SEGUNDO

 

No es mi día/ he pensado en ti veinticuatro veces por segundo/ en cámara rápida te he rebobinado/ te he congelado te puse sepia/ He pensado  que entras por la puerta/ por el tragaluz/ el espejo  la ventana/ que atraviesas  paredes/ que brotas desde mi mente/ que estás en la televisión/ en el reflejo  debajo de la cama/ que juegas fútbol y lanzas un gol contra la cortina del baño/ He creído verte llegar diciendo/ que esperabas verme llegar/ corriendo hasta tus brazos dorados/ broncíneos marmóreos pétreos/ aparecer allá y emitir un monólogo/ en plena terraza mientras las olas se levantan/ y las gaviotas se dispersan mar adentro/ montadas en ballenas que huyen de sus cazadores/ disfrazadas de delfines/ Oigo alarmas y no puedo creer en la velocidad/ del pensamiento/ en esta calle todos los autos tienen el mismo sonido/ las llaves en las puertas giran del mismo modo/ y los pasos de los otros dejan tus mismas huellas/ He viajado contigo y he vuelto/ Tu fotografía no me deja en paz/ sonríe todo el tiempo/ como si nada/ me pregunto qué costaría una llamada telefónica/ hay que ser bien cabeza dura/ y olvidarse/ de lo que cuesta interceptar el amor/ experimentar ese estremecimiento/ viajar por los siete mares/ vivir con la misma dignidad el sueño o la vida real/ cocinar lavar planchar cantar/ reconocer/ que nos hemos encontrado/ un poco más allá del cruce de nuestros caminos/ porque sería ambicioso/ e irresponsable/ pensar creer suponer deducir/ a partir de no sé qué premisa/ que este peldaño mohoso/ representa el medio de nuestras vidas/ La longevidad/ no es ningún premio cuando sabemos/ que desde esta mitad comienza el deterioro/ y el olvido se instala/ como una película cortada mientras revisamos la página del obituario/ y decimos sonriendo/ qué bien/ este  no es mi día

 

(De Sangre naranja, inédito).

 

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